Lecturas de hoy

Descubre las lecturas del día, medita el Evangelio, reza con la Liturgia de las Horas, ¡y vive todo el día en oración!

Lecturas de hoy:

30 de junio 2025

Celebramos:

Ciclo: C
Año: I
Color: Verde
XIII
Semana del Tiempo de Ordinario
Evangelio de hoy
Evangelio
Reflexión
Primera lectura
Salmo de hoy

Primera Lectura

Génesis 18, 16-33
Los tres hombres que habían estado con Abraham se pusieron de pie y se encaminaron hacia Sodoma. Abraham los acompañaba para despedirlos. El Señor dijo entonces: "¿Acaso le voy a ocultar a Abraham lo que voy a hacer, siendo así que se va a convertir en un pueblo grande y poderoso y van a ser benditos en él todos los pueblos de la tierra? Yo lo he escogido para que enseñe a sus hijos y a sus descendientes a cumplir mi voluntad, haciendo lo que es justo y recto, y así cumplir lo que le he prometido". Después el Señor dijo: "El clamor contra Sodoma y Gomorra es grande y su pecado es demasiado grave. Bajaré, pues, a ver si sus hechos corresponden a ese clamor; y si no, lo sabré". Los hombres que estaban con Abraham se despidieron de él y se encaminaron hacia Sodoma. Abraham se quedó ante el Señor y le preguntó: ¿Será posible que tú destruyas al inocente junto con el culpable? Supongamos que hay cincuenta justos en la ciudad, ¿acabarías con todos ellos y no perdonarás al lugar en atención a esos cincuenta justos? Lejos de ti tal cosa: matar al inocente junto con el culpable, de manera que la suerte del justo sea como la del malvado; eso no puede ser. "¿El juez de todo el mundo no hará justicia?" El Señor le contestó: "Si encuentro en Sodoma cincuenta justos, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos". Abraham insistió: "Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza. Supongamos que faltan cinco para los cincuenta justos, ¿por esos cinco que faltan, destruirás toda la ciudad?" Y le respondió el Señor: "No la destruiré, si encuentro allí cuarenta y cinco justos". Abraham volvió a insistir: "Quizá no se encuentren allí más que cuarenta". El Señor le respondió: "En atención a los cuarenta, no lo haré". Abraham siguió insistiendo: "Que no se enoje mi Señor, si sigo hablando. ¿Y si hubiera treinta?" El Señor le dijo: "No lo haré, si hay treinta". Abraham insistió otra vez: "Ya que me he atrevido a hablar a mi Señor, ¿y si se encuentran sólo veinte?" El Señor le respondió: "En atención a los veinte, no la destruiré". Abraham continuó: "No se enoje mi Señor, hablaré sólo una vez más. ¿Y si se encuentran sólo diez?" Contestó el Señor: "Por esos diez, no destruiré la ciudad". Cuando terminó de hablar con Abraham, el Señor se fue y Abraham volvió a su casa.

Meditatio

El pasaje que acabamos de leer nos muestra, por un lado la infinita misericordia de Dios que da a cada uno según sus obras y no condena a nadie por la culpa de otro; y por otro el poder de la intercesión y el valor de los justos delante de Dios. Es impresionante que, a pesar de que toda la ciudad ofendía a Dios, Dios estaría dispuesto a perdonar a toda la ciudad en atención a solo 10 personas justas. Esto nos da una idea de lo que quieren decir las palabras del apóstol "Cree tú y creerá tu casa", pues Dios no busca nuestra destrucción sino nuestra salvación. Nosotros como cristianos, podríamos decir que somos "centro de irradiación" de la salvación y de la bendición de Dios, para todos los que conviven o trabajan con nosotros. Es por medio del "pequeño resto de Israel" que Dios salva a su pueblo. En tu oración diaria puedes ser como Abraham e interceder por todos aquellos que desconociendo el amor de Dios, viven de una manera desordenada y contraria a su voluntad, y al mismo tiempo, en la medida en que dejes que Dios te llene de su amor, serás, como dice san Pablo: El buen aroma de Cristo en tu medio.

Oratio

Padre lleno de misericordia, que por amor a nosotros, no sólo perdonas nuestras faltas, sino que has querido darnos a tu Hijo para que, por su medio, obtengamos el perdón y la reconciliación contigo; te pedimos que despiertes en nosotros sentimientos de gratitud por tu perdón, y arrepentimiento por nuestros pecados para que merezcamos gozar de tu presencia después de esta vida. Por Jesucristo nuestro Señor, amén.

Actio

El día de hoy, dedicaré unos minutos para revisar mi vida y pedir perdón a Dios por mis pecados presentes o pasados.

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