Salmo 62

El alma sedienta de Dios

Reproductor de Audio

Escuchar oración

0:00
0:00

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada; sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Comparte en redes sociales

Tambien podria interesarte:

Padre nuestro Credo Niceno Consagración a María

Oraciones populares

Sigue leyendo

Tal vez podrían interesarte más temas relacionados con tu fe católica.

Evento 1

Padre nuestro

Nuevo

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan…

Ver Más
Evento 1

Credo Niceno

Nuevo

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de…

Ver Más
Evento 1

Consagración a María

Nuevo

¡Oh, Señora mía! ¡Oh, Madre mía! Yo me ofrezco todo a ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua,…

Ver Más