Salmo 1
Los dos caminos del hombre
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.
Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.
No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
En el juicio los impíos no se levantarán,
ni los pecadores en la asamblea de los justos;
porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.
Comparte en redes sociales
Oraciones populares
Sigue leyendo
Tal vez podrían interesarte más temas relacionados con tu fe católica.

Padre nuestro
NuevoPadre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan…
Ver Más
Credo Niceno
NuevoCreo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de…
Ver Más
Consagración a María
Nuevo¡Oh, Señora mía! ¡Oh, Madre mía! Yo me ofrezco todo a ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua,…
Ver Más